
Nuestra explotación es el fruto de un proyecto que empezó hace 20 años, en la comarca de la Segarra, de donde Mercedes era originaria.
En 2002, una profunda necesidad de volver a sus raíces, llevó a Mercedes a invertir en la región. Decidió adquirir una propiedad de 6 hectáreas, cerca de la propiedad familiar paterna y desarrollar una explotación de olivos, almendros y hierbas aromáticas y medicinales endémica de la región.
Inició también un proyecto de restauración del patrimonio del antiguo pueblo, datado de la edad media: una iglesia y casas en ruinas localizadas en la propiedad.
Desgraciadamente, solo tuvo tiempo de restaurar Cal Tonillo, una casa seguramente del siglo XVIII, que es nuestra residencia principal.
Este proyecto multifacético se convirtió en su pasión y se dedicó a él hasta el final de su vida.
Al fallecer en 2014, la propiedad quedó a cargo de su esposo y sus hijos que decidieron llevar su proyecto y seguir su sueño.